Yo soy asesor personal de gente que quiere prepararse para el examen de admisión al nivel universitario y estoy seguro de que a muchos les surgen dudas de cómo es una asesoría que yo doy. Por otro lado la mayoría tiene un conocimiento relativamente bueno de cómo es ir a alguna escuela a tomar un curso. ¿Cuál es la mayor diferencia entre llevar un curso de una escuela y recibir asesoría personalizada? Bueno, es fácil y lo voy a decir claramente. Cuando tú vas a una escuela a recibir un curso para el examen de admisión, por más que la escuela se flexibilice en cada estudiante para que éste aprenda lo más posible, al final de cuentas son ustedes los que se tienen que adecuar a la escuela. Quiero decir con esto que la escuela ya tiene una forma de trabajo, tiene sus planes, sus contenidos, sus maestros hasta cierto punto homogéneos en la manera de enseñar, su filosofía educativa, etcétera. Cuando yo doy asesoría a algún aspirante, no tengo casi nada de eso, es decir, yo soy el que me tengo que adaptar al aspirante más que él a mí. Primero lo evalúo (cosa que también hacen las escuelas) pero una vez pasada la evaluación yo debo elegir un plan a la medida para el aspirante, además debo escuchar sus inquietudes, sus temores, sus aspiraciones, y yo debo responder a eso, quitando aquí, poniendo allá, ajustando mi enseñanza para que quede a la medida. Cuando evalúo al principio a un estudiante tengo una idea general de en qué áreas tiene dificultades. A partir de ahí me pongo a dar las técnicas y teorías que le ayudarán al estudiante a ser mucho mejor estudiante, a poder recuperar de entrada esos aciertos que él mismo sentía perdidos. Pero, a medida que doy mis explicaciones también me doy cuenta de las áreas finas donde el estudiante falla. Esto último se ve sobre todo en matemáticas, por ejemplo hay gente que tiene muy clara la aritmética, la hay que no, hay quien tiene muy claro la mecánica del álgebra básica, hay quien no. Yo tengo que ir adaptando el curso para que el estudiante sienta un avance real y lo único que les digo es que de estudiar no se van a salvar y que es mejor hacerlo todos los días. Yo te puedo ayudar a resolver un examen de manera sencilla, sin presión, peor no puedo estudiar por ti. Otra cosa que yo como asesor personalizado acostumbro hacer es ser tan flexible que me sea posible no tener guión. Es decir que no quiero una clase prefabricada, no llevo ejercicios aprendidos de memoria, por supuesto que tengo material básico pero no acostumbro a recetar lo mismo una y otra vez. Muy al contrario yo voy resolviendo los ejercicios en la medida de lo posible con el alumno, primero le muestro la mecánica de algunos ya resueltos pero luego entre ambos resolvemos otros en donde yo le explico que estoy haciendo, qué estoy pensando, qué diferencias hay con otros ejercicios, con otras escuelas, con otras guías. Es incómodo hasta cierto punto estudiar de manera particular con un maestro, yo no tengo el aura de maestro tradicional y algunos de mis alumnos acaban por ser buenos amigos míos. Volviendo al área de matemáticas que es la que más preocupa a los aspirantes, yo trato de relajarlos y algunos incluso se dan cuenta de que las matemáticas después de todo, les gustan o de menos ya no las ven como ese muro infranqueable. Al ser asesoría personalizada es obvio que también tengo un conocimiento mayor sobre cada uno de mis alumnos, me entero de su historia, si han sufrido uno o más rechazos anteriormente, conozco su manera de estudiar, sus fuerzas y debilidades. Tener 10 o 15 alumnos en un salón pues hace mucho más difícil el seguimiento. Al tener mucho más contacto con el aspirante trabajamos mucho mejor la parte psicológica que creo que al menos es igual de importante que la parte técnica. De entrada uno debe dejar de temer, y sobre todo dejar de tener miedo a tener miedo, me explico. Muchos aspirantes me dicen que ellos se ponen muy nerviosos y eso les hace sentir muy difícil el examen, yo les digo que es normal sentir eso pero que no hay necesidad de preocuparse demasiado porque si lo llegan a sentir es muy probable que todos en el salón de aspirantes y en toda la escuela lo estén sintiendo, todos están en la competencia y para muchos es tremendamente difícil. Esto y otras cosas más que sólo pueden explicarse cara a cara son las que hacen una asesoría personalizada diferente a una asesoría institucionalizada. Yo además tengo mi propio estilo y me tomo en serio la enseñanza, tú y yo estudiaremos como si yo también fuese a hacer el examen sólo que yo tengo muuuucha experiencia haciendo exámenes y en todos me han aceptado y en ese momento yo te voy a transferir en secreto los tip, técnicas y recursos que tengo ya probados para ser aceptado una y otra y otra vez.
Estudiemos juntos